Evan Mendoza, pelotero de Caimanes.
Evan Mendoza, pelotero de Caimanes.
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Prensa Mazatlán 2021.

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Tras las derrotas de Caimanes: ¿Cuál es el balance de Colombia en Mazatlán 2021?

¿Aunque no se haya logrado el primer triunfo en el evento, se podrá rescatar algo?

Caimanes de Barranquilla regresa a casa con cinco derrotas en la cuenta, ampliando el récord perdedor de Colombia a 0-10 en dos participaciones en la Serie del Caribe, que sin duda desde el punto de vista resultado no hay nada que discutir, pero ¿Qué hay detrás de esas derrotas en cuanto a falencias y virtudes?. 

Lo primero es que ningún equipo del mundo pierde porque sí. Detrás de la carencia de victorias de Colombia, al menos en la presente campaña representada por los Caimanes de Barranquilla, hay varias cosas que se tienen que entrar a saldar. 

Nunca se ligó

Por ejemplo, la ausencia de un bateo oportuno. Colombia, en el partido ante Puerto Rico, dejó cinco veces a corredores en la segunda almohadilla, esperando el batazo que los hubiera podido llevar a la registradora desde posición anotadora. 

Los bateadores, que en el campeonato local fueron determinantes, a la hora de revalidar esto en México, quedaron en evidencia. Esto, especialmente en los bates extranjeros del equipo, como el dominicano Andy Vásquez y el nortemareicano Adam Walker, quienes juntos sumaron 17 turnos y un average de cero (AVG .000) y entre los dos no impulsaron ni una sola carrera. 

En el béisbol, ligar los batazos es el arma fundamental de cualquier equipo y Caimanes no pudo. Sus estelares bateadores, los Grandes Ligas Harold Ramírez (AVG .238) y Dilson Herrera (AVG .133) no tuvieron una actuación sobresaliente, siendo el segundo el único que pudo empujar anotaciones, con tres. 

El bateo colectivo del equipo terminó siendo para el olvido. En 155 turnos, Colombia conectó apenas 27 imparables, 8 de ellos dobles, para fabricar 10 carreras en cinco partidos.

Los nuestros se poncharon 41 veces, siendo el equipo con más abanicados en toda la ronda clasificatoria. El promedio ofensivo colectivo fue de .171 y así es imposible ganar. 

Solo los prospectos de AAA pudieron romper la tendencia. De un lado el monteriano Jordan Díaz (Atléticos de Oakland) terminó con promedio de .368, con 7 imparables,  tres de ellos dobles y 4 empujadas. Y del otro el colombo-americano Evan Mendoza que terminó con 263. con cinco imparables, una empujada y dos anotadas. 

Ambos jugadores consumieron 19 turnos, dos menos que el que más visitas hizo al plato, que fue Ramírez con 21. 

¿Y el pitcheo?

El que por mucho tiempo se pensó que era el talón de aquiles de la pelota colombiana, el pitcheo, tuvo dos facetas diferentes. Y es que los lanzadores extranjeros fallaron en su gran mayoría de veces, cuando les tocó sacar la casta. De otro lado, los serpentineros criollos mostraron capacidad en la mayoría de sus salidas. 

Entre los americanos David Holmber (EFE 4.50), Jalen Miller (EFE 14.73) y Cody Mincey (EFE 3.86), más el dominicano Edinson Frías (EFE 7.04 y el que más carreras encajó con 7) y el venezolano Julio Vivas (EFE 18.00) los barranquilleros cargaron 18 de las 25 carreras permitidas, es decir el 72%.

Entre los demás lanzadores colombianos, se destacaron los abridores Randy Consuegra (EFE 3.00) y Raiver Sanmartín (EFE 1.80) a quienes les fabricaron una sola carrera en el torneo a cada uno. 

Además, los únicos relevistas criollos que permitieron carrera fueron Ronald Ramírez (2.25) y Jean Ruiz (2.70) con una cada uno, mientras que Carlos Mario Díaz, Jean Herrera, Jhon Romero y Ezequiel Zabaleta terminaron con una efectividad de 0.00, sin recibir ni un solo hit y con tan solo una base por bolas entregada sumando todas sus actuaciones. 

Es importante reseñar que cada uno de ellos trabajó al menos dos entradas completas durante el torneo.  Al final, el cuerpo de lanzadores de Colombia acumuló 47 abanicados, los más ponchadores de esta fase del torneo, siete más que los dominicanos. 

En esta lista, el único lanzador colombiano que estuvo más opaco fue el joven zurdo Luis De Ávila, gran prospecto nacional que terminó con una efectividad de 40.49 en dos tercios de entrada, tras haber recibido tres carreras. 

¿Y ahora qué?

Pese a que el récord de 0-5 parecería demasiado, lo cierto es que al menos los tres últimos juegos del equipo ante Venezuela (1-0), Puerto Rico (2-1) y República Dominicana (3-2) parecen demostrar que aunque Colombia está solo un escalón por debajo, y ya no a kilómetros de distancia. 

Pero más allá de eso, entre las cosas más importante a rescatar es el nivel que ha tomado el pitcheo criollo, que ya puede luchar de frente ante bates de Grandes Ligas como los que abundan en las otras ligas del Caribe. 

Además, el roster de Caimanes reflejó juventud, con el mejor talento nacional disponible de la liga y de Díaz y Mendoza promete fuertemente a corto plazo. 

El resto queda en manos de la dirigencia, pues el reto del próximo año es aún mucho más grande que el anterior. 

Luego de demostrar progresión y que nuestro talento haya ‘quemado’ el nervio del primerizo las excusas no pueden llegar. 

Sea cual sea el equipo que represente a colombia en 2021, tendrá que dar todo para marcar un hito: ser la primera representación nacional en ganar un juego en la Serie del Caribe.

 

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